Esta tarde hemos recibido una visita sorpresa. Ha venido Valentín, el pastor, y sorpresa…venía con las dos cabritas que prometió regalarnos hace un mes. Las ha elegido él, y estamos muy contentos porque son del color que las queríamos. Yo quería una negra con las orejas blanco-grisáceas, y Adam quería una gris, y justo nos ha elegido esas dos. Ya las habíamos visto cuando tenían un mes (ahora tienen dos meses) y nos gustaban estas. A lo mejor es que Valentín se fijó en cuáles nos gustaba, pero en todo caso, ha acertado con nuestros gustos. La negrita con las orejas blancas es Fiona (nombre celta) y a la gris le hemos puesto Budicca (una guerrera celta). Tengo que decir que Keridwen las ha recibido muy bien. Al cabo de un rato de estar en el corral se ha puesto un poco dominante, pero tampoco las ha agobiado mucho, sólo es que no quería que se acercaran mucho a su cubo de pienso así que para disipar un poco la tensión las hemos sacado las tres a pastar. El cambio de carácter en Keridwen ha sido alucinante… nos ha seguido (como ya lo hacía), pero esta vez no hemos tenido que ir empujándole por detrás porque ella ya iba siguiendo a las pequeñas y no las ha perdido de vista en ningún momento. Está contenta y se le nota. Y nosotros ahora estamos más relajados. Esto es más normal, las cabras son animales de manada. Con ellas nos esperan aventuras dignas de ser contadas en este blog.
Esta noche dormirán por separado porque aún tienen que conocerse mejor, pastar juntas en campo abierto, hacerse mejores amigas, y con un poco de suerte llegarán a ser inseparables.