Para los lectores que siguen este blog desde casi el principio, sabrán de quién hablo. Trévor es el petirrojo que nos sigue a todas partes (sobre todo a la huerta). En realidad hay muchos Trévors, pero es como si los conociéramos, a cada uno, porque son los que más se acercan sin miedo, curiosos y algo traviesos. No es por antropomorfizar pero al final te dan la sensación que los conoces y a mí pues al final me han dado ganas de ponerle un nombre y todo. Curiosamente los seres humanos que pasan por aquí y conocen a Trévor (y a unos cuántos más), le cogen un cariño especial.
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